El despertar del erotismo: Una mirada crítica a Tierra..! de Pedro Gómez Valderrama desde la perspectiva de Georges Bataille
El cuento ¡Tierra…! de Pedro Gómez Valderrama presenta un relato intenso y evocador sobre la vida de un tripulante a bordo de una de las tres carabelas en las que viajaba Cristobal Colon antes de llegar a tierras americanas. A través de una narración vívida, el autor logra transmitir las sensaciones y pensamientos del protagonista, Juan Rodríguez Bermejo, quien se encuentra enfermo y agotado física y emocionalmente.
A medida que se va introduciendo el contexto de la historia, ¡Tierra…! nos revela elementos de erotismo a través de su narrativa sugestiva y simbolismo alusivo. Georges Bataille, escritor y antropólogo especializado en el tema del erotismo, proporciona una perspectiva útil para analizar la obra y comprender cómo la sexualidad, el erotismo y la experiencia de la muerte se entrelazan en el texto.
El cuento comienza con una descripción de la escena en la que Juan se encuentra tumbado en su estrecha litera, contemplando la luz de la luna que se filtra por la escotilla. La atmósfera es opresiva y el protagonista percibe los sonidos y los movimientos de los demás marineros a su alrededor, sumidos en el sueño. El ambiente se vuelve cada vez más inquietante cuando Juan escucha el aleteo de un pájaro, lo cual despierta en él pensamientos sobre seres fantásticos: “pensó en los pájaros monstruosos del otro mundo, en los grifos con garras de león, en las mujeres con alas y piernas emplumadas, en las aves monstruosas de la catedral de Sevilla.”
El relato continúa explorando los pensamientos de Juan, quien reflexiona sobre el propósito de su viaje y los rumores que han circulado entre la tripulación. Se percibe su desesperación y el deterioro de su estado físico a medida que lucha contra la fiebre y la sed. Sus pensamientos oscilan entre la fantasía y la realidad, entre los sueños de riquezas y gloria, y las duras condiciones de vida a bordo de la nave.
Gómez retrata de manera hábil la lucha interna de Juan, quien se debate entre el deseo de tener una mujer y el aislamiento y la privación sexual que experimenta en alta mar. Los recuerdos de encuentros pasados con distintas mujeres, como Mari-Juana, Giacomina y Sancha, se entrelazan con su deseo presente y su frustración, de esa forma, el texto sumerge al lector en la mente del protagonista, mostrando su desesperación creciente y la intensidad de sus fantasías eróticas.
Empleando una prosa poética y una narrativa fragmentada, Gomez representa un despertar sensual y carnal del protagonista que surge ante la incertidumbre de no volver a España y morir en aquella empresa. Las descripciones detalladas y vívidas de las sensaciones físicas crean una atmósfera cargada de deseo y sensualidad como se puede apreciar en el siguiente fragmento: “recordó la húmeda blandura del vientre, y los ronquidos de placer que se le escapaban a la hembra mientras se retorcía como una culebra en el fango”, describiendo el encuentro con Mari-Juana de Moguer que recuerda el protagonista, entendiéndose que cualquier elemento o contexto puede dar lugar a una experiencia sensual y/o sexual. Ya lo expresa Jimenes & Valle (2012), “basta una lágrima, una imagen santa, un pie, un cadáver, un animal, un alimento, una flor, un pensamiento, una imagen familiar, una fantasía o cualquier cosa, para desatar la experiencia erótica”. Es entonces, que la experiencia de incertidumbre, de cercanía a la muerte, de cansancio y delirio halan al protagonista a experimentar estas fantasías para superar esta angustia, en palabras de Bataille: "la angustia mortal no inclina necesariamente a la voluptuosidad, pero la voluptuosidad, en la angustia mortal, es más profunda" (1957, p.111).
Bataille en su ensayo El erotismo expresa que "el erotismo es una afirmación de la vida, incluso en la muerte" (1957). En ¡Tierra...!, esta afirmación se manifiesta en varios momentos a través de la exploración de los instintos más profundos del protagonista, al establecer una conexión entre la sexualidad y la muerte, trasciende los límites convencionales del erotismo. Por ejemplo, en el cuento se hace referencia a actos de violencia sexual: “la Mari-Juana, Giacomina la Napolitana, que bebía vino y se arrancaba las ropas y se tendía desnuda en el suelo, a hacerse amar, uno tras otro, por todos los que llenaban la taberna”, transgresiones que se presentan como una manifestación del impulso erótico más allá de los límites establecidos por la sociedad.
Para Bataille (1957) el erotismo también tiene una dimensión vinculada a lo trascendente y lo místico. En "Tierra..!", Valderrama dota al erotismo de esa carga simbólica, elevando las fantasías sexuales a un plano de trance erótico. A través de imágenes y metáforas, el autor sugiere una conexión entre el éxtasis erótico y la soledad en medio del mar:
El brazo poderoso se hacía femenino, tomaba el ritmo del golpe de las olas. Se abría el vórtice tremendo. Los sargazos del mar, el vientre de la Mari-Juana, el naufragio de La Pinta, las palmas de Tenerife, el sabor de los dátiles de Argel en las axilas de la gata mora
El cuerpo es también un elemento central en la experiencia erótica del protagonista de ¡Tierra..! Gomez emplea un lenguaje sensorial y detallado para describir las experiencias corporales que manifiesta Juan a pesar de la fiebre y la angustia. A través de estas descripciones, el autor despierta en el lector una fascinación por el cuerpo humano y sus posibilidades eróticas. Bataille explora esa conexión entre el erotismo y el dolor, argumentando que ambos están intrínsecamente ligados: “No sólo el dolor de los demás o el mío propio al acercarme al momento en que el horror se apoderará de mí puede hacerme alcanzar un estado gozoso rayano en el delirio” (1957), asi, Gomez, a través de esta dinámica, profundiza en la complejidad de las experiencias eróticas, desafiando la noción tradicional de que el placer debe estar exento de cualquier forma de dolor o experiencia cercana a la muerte.
En ¡Tierra…!, cuando Juan se encuentra en medio del clímax de su autoplacer, ocurre algo inesperado para el:
Como de otro mundo, oyó la voz gruesa y gritada de Rodrigo de Triana que se entraba por la escotilla. “Tierra…”. Casi inconsciente, en medio de su propio frenesí, de la posesión de la Mari-Juana y de la Giacomina, Rodríguez Bermejo, enfermo en su litera, gritó, aulló llamando a todas sus mujeres: ¡Tierra! ¡Tierra!
Este momento de éxtasis sexual se mezcla con el delirio y la esperanza de poner fin a la travesía interminable, una que parecía conducirlos a una muerte segura en alta mar; Bataille (1957) exponía que
“en la muerte, al mismo tiempo que el ser nos es dado, nos es quitado, debemos buscarlo en el sentimiento de la muerte, en esos trances intolerables en los que nos parece que morimos, porque el ser ya no está en nosotros más que como exceso, cuando coinciden la plenitud del horror y la del gozo”
siendo la muerte, en el relato, aquello que va más allá de la simple representación de encuentros sexuales, explorando la intersección entre el erotismo y otros aspectos de la existencia humana, entre ellos la soledad y la finitud de la vida en momentos de angustia.
Cabe concluir que Pedro Gómez Valderrama, logra a través de ¡Tierra..! una narración poderosa y provocadora que se sumerge en el mundo del erotismo, explorando sus dimensiones más intensas y complejas. El cuento evidencia cómo trasciende los límites convencionales del erotismo, incorporando elementos transgresivos, Gomez logra capturar la esencia misma del deseo humano, desafiando al lector a adentrarse en un viaje que invita a reflexionar sobre la complejidad y las múltiples facetas del erotismo a través de sus descripciones detalladas de los cuerpos, de las acciones y de las emociones, logrando despertar los sentidos y generar una conexión íntima con la experiencia erótica que se desarrolla en la narración.
En términos literarios, ¡Tierra...! se destaca por su estilo descriptivo y su capacidad para sumergir al lector en la mente del protagonista. La narración fluye entre la realidad y la fantasía, creando una atmósfera cargada de simbolismo y emociones intensas. La elección del lenguaje y la estructura del relato contribuyen a transmitir la angustia y la desesperación del personaje principal explorando temas universales como el deseo, la soledad y la angustia frente a la muerte.
Referencias
Bataille, G. (1957) El erotismo. Tusquets Editores.
Gomez, P. (1959) ¡Tierra…! https://ciudadseva.com/texto/tierra-gomez/
Jimenes, M.A. & Valle, A. M. (2012) Vida y muerte, erotismo en George Bataille. Circulo de Poesía. https://circulodepoesia.com/2012/10/vida-y-muerte-erotismo-en-george-bataille/
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